¿Qué pasa con el teatro en regiones? El panorama maulino

el teatro cobra fuerza

Soy de esas provincianas que va poco a Santiago y cuando voy, para qué me voy a hacer la cartucha, me dan ganas de quedarme unos días más. Es que además, como casi siempre ando en calidad de turista o en trámites cortos, suelo andar más que nada en los barrios y comunas centrales. De ahí que quedo maravillada con Matucana 100, con Teatro El Puente, con el Café Literario Parque Bustamante, con el GAM. Todo funcionando con un gran financiamiento detrás, pero mi resentimiento provinciano no me impide disfrutar de lo que allí sucede.

Pero verán, señores santiaguinos y del resto del país, en la región del Maule también suceden cosas, el teatro ha ido cobrando fuerzas y se ha ido tomando lugares impensados ¡si hasta la municipalidad de Talca se la tomó un tiempo! Impensado.

Por estos lugares el teatro es casi en su totalidad autogestionado. De vez en cuando, por aquí y por allá, se ganan un FONDART y pueden trabajar tranquilos por un año. “Tranquilos”. ¿Cómo viven los actores en el Maule? Eso quizás da para otro artículo, pero lo cierto es que corren todo el día y todos los días del año para poder tener un ingreso medianamente digno (sin previsión, sin AFP, sin aguinaldos).

Acá no tenemos el Matucana 100, pero tenemos el Galpón de Teatro Al Margen; no tenemos Santiago a Mil, pero tenemos a Talca Circo, La Juguera y Pala Teatro que nos sorprenden durante todo el año; no tenemos la Pato Gallina, pero tenemos a Walymai, Tema, Teatropello, Teatro Alondra, que a puro pulso mantienen viva la escena y ofrecen su talento a borderó.

De Oriente a Poniente, de Sur a Norte

Si usted ha estado en Talca se habrá dado cuenta que las calles no se conocen por nombres de héroes patrios o figuras públicas -aunque algunas sí las tienen- sino que a partir de la plaza de armas se empieza a contar la 1 Oriente, 1 Poniente, 1 Norte, 1 Sur y así respectivamente.

Empezaremos a hacer un breve recorrido por el centro de la ciudad.

Por la calle 3 Oriente, a la altura de la 7 Norte, se encuentra El Espacio, una casa cuyo patio se adecuó con un escenario para las presentaciones de circo y teatro. Aquí trabaja la compañía Talca Circo, que con distintas iniciativas ha podido financiar tanto el lugar como los eventos que se llevan a cabo cada semana.

Siguiendo hacia el sur-poniente, en la 12 sur, nos encontramos con el emblemático Galpón de Teatro Al Margen, el que fue creado por la familia Fuentes, emblemática en la historia del teatro local.

Ahora, si tomamos una micro o una bicicleta, podemos llegar a la altura de la 22 Oriente con 2 Norte, donde está el espacio cultural “La Juguera” funcionando con las compañías HágasePayasito (circo) y La Farola (circo-teatro). Actualmente, gracias a un proyecto que ganaron, están techando el patio para poder funcionar durante todo el año.

El Galpón Al Margen

Galpón Al Margen

Ante la carencia, nace el ingenio. Cuando no tienes plata para construir una sala ni a tu entera disposición las salas de teatro ya existente en la ciudad, por necesidad y con creatividad nace un nuevo espacio. Algo así es para Talca el Galpón Al Margen, una guarida donde la gente se refugia en el teatro. Un espacio aislado, al margen del centro, pero que ya cuenta con público fiel. El Galpón Al Margen nace impulsado por la compañía que lleva el mismo nombre, donde participa Héctor Fuentes, Alejandra Albornoz, José Antonio Fuentes, Pedro Fuentes, Quena Ramos y Rosita Carreño. Como pueden ver, los Fuentes es un apellido potente en el teatro talquino. Por lo tanto, bajo el alero de la misma compañía Teatro Al Margen, surge la compañía Teatropello, integrada por José Antonio, Pedro, Quena y Rosita, además de Alison Silva, Alexis Castro, Yair Rojas, Juan José Navarro y Rodrigo Calderón.

Desde hace un tiempo a esta parte en el Galpón Al Margen se realiza la Feria de Artes Escénica, que reúne a compañías de distintas ciudades y países en una actividad completamente autogestionada, que se hace con recursos propios y aportes de la comunidad. José Antonio Fuentes cuenta que si bien la autogestión es difícil, al mismo tiempo permite que el público se haga partícipe y comprometido con el desarrollo del teatro. “La verdad es que siempre se hace difícil pero no por la escasez de recursos sino porque las actividades van creciendo. Hoy hay más de 20 compañías que quieren actuar en el Galpón y para eso hay que mejorar desde las instalaciones hasta la logística”, dice.

Pero los Fuentes no paran. Y Héctor Fuente, el padre de José Antonio y el actor más antiguo de la ciudad, ha pasado a ser considerado el Lonco de Llongocura, un lugar que queda en plena Cordillera de La Costa, camino a Curepto. Aquí se creó un anfiteatro, en pleno campo, iniciativa que pretende vincular el teatro con los campesinos y donde se hace cada verano “La trilla de las artes”, generando estrategias de encuentro, reflexión y creación.

Compañía Walymai

Mauricio Cepeda Meza

Mauricio Cepeda Meza lleva más de veinte años haciendo teatro. Trabajó con Andrés Pérez como asistente de dirección en “Clásico de la batalla de Rancagua” y en la toma de Matucana 100, y con esa y muchas otras experiencias en el cuerpo, volvió a Talca para aplicar aquí sus conocimientos.

Formó entonces la Compañía de Teatro Walymai, que actualmente está presentando la obra de teatro “Federico, el niño poeta”, basada en un guión de Jorge Díaz y adaptada por Masiel Zagal, que con la actuación Haydée García Buscaglione haciendo todos los personajes, ha recibido miles de aplausos tanto en escenarios nacionales como internacionales representando la infancia del connotado poeta y dramaturgo español, Federico García Lorca.

Además la compañía Walymai se encuentra próxima a estrenar la obra “Lucila, la niña que iba a ser reina”, escrita por Masiel Zagal, dirigida por Mauricio Cepeda y actuada por Haydée García y Nelly carrasco, obra que muestra la infancia de la premio nobel nacional, Gabriela Mistral, que crece bajo la dulce formación de su hermana Emelina.

Pero Mauricio no es sólo Walymai, también dirige un grupo de teatro de adultos mayores llamado “Alondra”, del cual, según palabras del director, “se espera que el público valore y reconozca el talento de este grupo de personas, no con la ternura de que son adultos mayores, sino porque es gente que tiene aptitudes y actitudes dignas de imitar”.

Y como profesor no se queda atrás, pues realiza el Laboratorio Experimental de Teatro del Centro de Extensión de la Universidad de Talca, además del taller La Ruta del Clown y la Risa, en el Instituto Nacional de la Juventud, INJUV, de la región.

Compañía TEMA

La compañía de teatro maulino, TEMA, es dirigido por Constanza Pérez y trabajan con ella Valentina Soto, Claudia Vilos y Carla Vergara. En conjunto han montado obras como ‘La Calchona’, que trae a la memoria el caso de una joven asesinada de cuyo crimen nunca se juzgó al responsable, así como obras infantiles entre las que se encuentra “La caperuza roja”, “La vendedora de fósforos”, y las adaptaciones que Gabriela Mistral hizo de los clásicos cuentos de hadas, en el circuito llamado “Las no princesas”.

Talca no es Maule

Curicó. En la ciudad de Curicó se encuentra la compañía Teatro de Arte Kalé, dirigida por el actor Sebastián Leal, quien es además el coordinador del Centro de Extensión de la Universidad Católica del Maule en esa provincia.

Molina. En esta pequeña comuna de la región se encuentra el Centro Cultural El Cahuín, iniciativa de Eliel Ormazábal y Manuela Cepeda, quienes refuerzan el desarrollo y presentación del teatro en lugares apartados.

Linares. No hay linarense cercano al arte y la cultura que no conozca al Chester, un muchacho que a temprana edad supo que lo suyo era el circo y el teatro. Chester es el clown de Jorge Muñoz, quien junto a Cecilia Cancino formó la compañía Pala Teatro, la que además es una apuesta de un espacio creativo para esta ciudad, conocida como la más pobre de Chile, contando con una carpa donde realizan talleres y espectáculos.

Cauquenes. Esta alejada provincia ubicada en la cordillera de la Costa no está exenta de teatro. La actriz Lili Cancino dirige la compañía Cauquenes Teatro, la que durante el año realiza una serie de actividades de esta índole.

Dramaturgia Maulina

Dramaturgia Maulina

Aquí se nos repite una vez más un nombre: José Antonio Fuentes. Él escribe sus propios textos porque como compañía nunca les gustó montar obras de otros. Aun así dice no considerarse dramaturgo, “sino más bien como quien desarrolla una idea para modelos (actores y actrices) que ya existen”. En este contexto ha escrito y dirigido obras como “Las moscas sobre el río”, que muestra a un singular guardia de supermercado que ha apresado a un delincuente, “Cuadrilla 14”, donde se devela la realidad de los temporeros maulinos, entre otras.

Algo que ha dado mucho que hablar en la región en cuanto a dramaturgia es el Festival de Dramaturgia Maulina, FEDAM, que organiza cada año La Maulina Productora, representada por Soledad Cruz Court y Paula Araya, y que ha traído a connotados dramaturgos de la escena nacional a dar talleres, como Juan Radrigán, Luis Barrales y Ramón Griffero. Las obras seleccionadas producto de este taller fue “Hospital del Trueno”, escrito por Daniel Acuña Jara en el taller de Radrigán y que habla sobre el polémico Hospital de Talca, y “Avenida El Dique” escrita por Masiel Zagal en el taller de Barrales y que habla sobre las vicisitudes de los carpinteros de ribera de Constitución. Ambas han sido estrenadas tanto en Talca como en Santiago.

Y como conclusión, si usted está pensando que le he puesto mucho color, imagínese la cantidad de compañías que existen y no pude nombrar acá por desconocimiento. Estoy segura que nos vamos a sorprender.

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Redoble por Radrigán

Está dentro de la terna de los dramaturgos más brillantes e influyentes del siglo pasado en nuestro país, junto a Jorge Díaz e Isidora Aguirre. Su formación fue absolutamente atípica: obrero textil, vendedor de libros usados en la feria Persa de Bío-Bío, después en un quiosco de la Plaza Almagro, lector desde niño, poeta lírico, cuentista, novelista, géneros en los que no destacó, y finalmente dramaturgo, es decir, escritor con “capacidades especiales” debido al prejuicio de no leer teatro porque está destinado al escenario y tampoco ir al teatro porque es literatura actuada y, además, es muy caro.

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